ENOC AGUADO
FARFÁN
Actualmente se habla o escribe muy
poco o casi nada sobre el Dr. Enoc Aguado Farfán (1883-1958?). ¿Quién fue este
caballero que la débil memoria de la gente mantiene en el olvido?. El Dr.
Aguado se graduó de abogado en la
Universidad de León, Nicaragua. Fue liberal de principios y pronto se destacó
en su partido, siendo escogido en octubre de 1929 para integrar la fórmula
Moncada-Aguado para las elecciones generales.
Durante el lapso 1929-1932
Aguado Farfán ocupó el cargo político de Vicepresidente de la República de Nicaragua,
siendo entonces el Presidente de la República de Nicaragua, el Dr. José María
Moncada.
Catorce años después, el 21 de
diciembre de 1946, en la ciudad de Ocotal, Nicaragua, el Dr. Aguado lanza su
candidatura a presidente de la república. Las elecciones generales del 23 febrero
de 1947 eran para elegir Presidente y miembros para la Cámara de Diputados y el
Senado. En ese entonces Aguado tenía 63 años de edad.
El Dr. Enoc Aguado era el
candidato de una coalición formada por el Partido Conservador Tradicional (PCT)
y el Partido Liberal Independiente (PLI). El candidato de la coalición formada
por el Partido Nacionalista Liberal (PNL) y el Partido Nacionalista Conservador
(PNC) era el Dr. Leonardo Arguello Barreto, un incondicional de Anastasio
Somoza. Arguello Barreto sabía que a través suyo, Somoza se preparaba para
continuar gobernando el país después de 13 años de estar ejerciendo directamente
el poder.
No hubo violencia durante las
votaciones de 1947 pero se produjo un enorme fraude electoral al escamotearle
al Dr. Aguado la presidencia que había ganado ampliamente. El fraude se realizó
mediante el secuestro de las urnas y un conteo amañado en el Palacio Nacional
en Managua, sin fiscales ni observadores, que por instrucciones de Somoza le
otorgó el 61.76% de los votos al Dr. Arguello Barreto.
Diez años después del
ignominioso fraude electoral perpetrado en su contra por el dictador Somoza,
Aguado se involucra en el complot para ajusticiar a Somoza. Edwin Castro, su
ahijado, le introduce a Rigoberto López Pérez, y él lo financia y le extiende
una carta de presentación ante los exilados nicaragüenses en El Salvador, que
hizo posible que el ex teniente Guardia Nacional (GN), Adolfo Alfaro, se
convirtiese en el mentor de Rigoberto y lo entrenase para ejecutar el plan: la
muerte de Anastasio Somoza García, la cual se llevó a cabo el 21 de septiembre
de 1956. Hecho prisionero, Aguado fue conducido a las ergástulas de la Loma de
Tiscapa junto con otros detenidos, donde fue salvajemente torturado.
Algo que la mayoría de los nicaragüenses
ignoran sobre el Dr. Enoc Aguado Farfán, o que algunos solo conocen
superficialmente, es que Aguado Farfán tuvo una vida masónica intensa. El 20 de
julio de 1932 recibió el Grado 30, de parte del Supremo Consejo Confederado de
Grandes Inspectores Generales del Grado 33 para Centroamérica, con sede en
Guatemala. Dado su intenso trabajo masónico, no pasó mucho tiempo para que le
otorgaran el Grado 33, el último y más alto grado de la Masonería del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado.
En 1949 el Dr. Enoc Aguado, masón
grado 33, era el Gran Maestro de la Soberana Gran Logia Simbólica de Nicaragua
y el Jefe de la Masonería Simbólica de Nicaragua, cargos que ostentó durante el
período 1948-1950.
El 14 de diciembre de 1949, durante
la celebración en Managua del 50 aniversario de la Logia Progreso No.1 de
Managua, el Dr. Enoc Aguado, leyó un trazado preparado por él, conmemorando el mencionado
50 aniversario y dando a conocer las conclusiones de la Primera Conferencia
Interamericana de la Francmasonería Simbólica, realizada en Montevideo,
Uruguay, en 1947, a la que Aguado asistió en representación de Nicaragua.
Del discurso que el Dr. Aguado
Farfán pronunció durante la celebración del 50 aniversario de la Logia Progreso
No.1, de Managua, me permito extraer el siguiente párrafo que contiene la
esencia, el significado y los principios fundamentales de la Masonería, que
nutrían la vida masónica y profana de Aguado Farfán: ¨La Masonería a nadie rechaza por sus creencias u opiniones, y no da
cabida a debates acerca de religión ni de política. La Masonería es universal,
pues está extendida por todos los ámbitos del mundo, y sus principios básicos
son los mismos: Libertad de conciencia, tolerancia, amor fraternal, lucha
contra la mentira y el error, aspiración al perfeccionamiento, cultivo
individual y social, buscando el bienestar y la felicidad públicas. Su creencia en la existencia de un Ser
Supremo y en la inmortalidad del alma, no le impide, y antes bien la estimula,
a buscar la solución de los grandes problemas en que se debate el Idealismo que
eleva y el Materialismo que rebaja. En sus amplios caminos cada uno puede
transitar libremente por los senderos de su preferencia, y en sus jardines,
cada cual puede cultivar las flores de la espiritualidad, sin cortapisas ni
limitaciones. No acepta el ateísmo, ni se compagina con la Inmoralidad,
cualquiera que sean sus aspectos¨.
Dice Iván de Jesús Pereira en un
artículo que publicó el 02 de septiembre de 2013, en el Diario La Prensa, de
Nicaragua: ¨ Al Dr. Aguado Farfán le tocó
vivir días aciagos al enfrentar a la dictadura de los Somoza. Sobre él hoy cae
un olvido execrable. No existe en Nicaragua, alguna plaza, parque, avenida,
escuela, o instituto que lleve su nombre y que perennice el ejemplo de vida que
fue¨.
Permítanme que destaque el
párrafo inicial del artículo de Pereira sobre el Dr. Enoc Aguado Farfán, que
dice: ¨En el cementerio de Guadalupe, en
mi León inmortal, hay un ángel que con su mano derecha señala al cielo y con su
izquierda sostiene una guirnalda de flores, resguardando la tumba del hombre,
que fue algo más que un patriota, un ciudadano ejemplar, un profesional sin
mácula, un político sin egoísmos, un apóstol de la república¨.
Yo quiero concluir esta breve
nota señalando que el Dr. Enoc Aguado Farfán, fue ciertamente un héroe en la
lucha política de Nicaragua, un hombre a carta cabal en su vida profana, un ¨cantero¨
que labró con tesón su ¨piedra bruta¨, manteniéndose fiel y consecuente con los
principios masónicos que nutrieron y forjaron su espíritu de luchador inclaudicable.
Aguado Farfán es un hijo perdido que merece ser rescatado del olvido por la
Historia.
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