LAS CRUZADAS OFICIALES CONTRA LOS MUSULMANES y LAS OTRAS CRUZADAS
Por: José Márquez Ceas
Todos hemos oído hablar de Las
Cruzadas. Hemos visto videos, películas, y seriales de TV. Hemos leído comics, artículos,
folletines, novelas, libros, y otros documentos sobre la materia. Lo admitamos o
no, ya tenemos cierto conocimiento sobre el tema. Sin embargo, la pregunta latente
es siempre la misma: ¿Qué fueron las Cruzadas?.
Las Cruzadas fueron nueve campañas militares
promovidas por varios pontífices de la iglesia católica romana en el lapso de
casi 200 años (1095-1270), con el objetivo de rescatar los lugares vinculados a
la vida y pasión de Jesucristo, que se encontraban bajo el dominio de los
musulmanes. Estos sitios eran llamados por los cristianos ¨Los Santos Lugares¨.
Las Cruzadas fueron promovidas por
la iglesia católica, pero su ejecución la llevó a cabo la realeza y la nobleza
europea. Algunos reyes europeos y algunos nobles aventureros, deseosos de ganar
fama y fortuna participaron en varias cruzadas. En todas, participó también una
masa abigarrada de cristianos comunes de la Europa Occidental.
La palabra “cruzada” proviene de la
cruz que los combatientes llevan cosida sobre su pecho como símbolo de la
religión cristiana En total, se realizaron 9 cruzadas, en las que, con
excepción de la Primera, los resultados siempre fueron negativos para los
cristianos.
Los factores que determinaron el
inicio de estas batallas incluyen: el gran aumento demográfico en Europa; la
conquista de la Tierra Santa por los turcos selyúcidas; y la intolerancia
religiosa de los turcos, que provocó una incomunicación total entre Oriente y Occidente,
que tuvo una repercusión negativa a nivel económico, cultural y espiritual, al
impedir la antigua tradición cristiana de peregrinar a los ¨Santos Lugares¨.
La Primera Cruzada (1095-1099). En 1095, en el Concilio de Clermont, el papa Urbano II predicó
la necesidad de una cruzada para ayudar a los cristianos ortodoxos orientales y
liberar Jerusalén del yugo musulmán. Esta cruzada la lideró Godofredo de
Bouillón, y terminó en triunfo para los cristianos que conquistaron la ciudad
de Jerusalén en el año 1099, tras una sangrienta batalla que no respeto vidas
de niños, mujeres y ancianos en el interior de la ciudad sagrada
La Segunda Cruzada (1147 al 1149). La dirigió Conrado III de Alemania, Emperador del Sacro
Imperio Romano Germánico, y el rey Luis
VII de Francia, conocido como ¨Luis el Joven¨, sexto rey en la dinastía directa
de los Capetos, y también el esposo de la famosa Leonor de Aquitania. Ambos
ejércitos fueron derrotados por los musulmanes.
La Tercera Cruzada (1189-1192). Fue un intento para reconquistar la Tierra Santa de manos
de Salah-ad-Din Yusuf ibn Ayyub, conocido como Saladino, quien en el año 1169
accedió al sultanato de El Cairo y en 1187 consiguió derrotar al rey cristiano de
Jerusalén, Guido de Lusignan, en la llanura de Hattin. Tras esta batalla, tomó
la Ciudad Santa e hizo prisionero a Lusignan.
Uno de los jefes de la Tercera
Cruzada fue Ricardo I, ¨Corazón de León¨, de la dinastía Plantagenet, era el
tercer hijo de Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania. Los otros dos
reyes que comandaron esta cruzada fueron el emperador alemán Federico I,
Barbarroja, y el rey Felipe II de Francia, séptimo rey de la dinastía directa
de los Capetos.
Al quedar tabla en las batallas Ricardo
y Saladino firmaron un tratado de paz según el cual Jerusalén permanecería bajo
control musulmán, pero se concedía a los cristianos el derecho de peregrinar
libremente a Jerusalén. Ricardo abandonó Tierra Santa el 9 de octubre de 1192.
El tratado que Ricardo y Saladino
firmaron en 1192 dejó en poder de los cristianos tan solo una estrecha franja
costera desde Tiro hasta Jaffa, aunque garantizaba la seguridad de los
peregrinos cristianos que viajasen a Jerusalén. En resumen, la tercera cruzada
fue un fracaso para los cristianos.
La Cuarta Cruzada (1201-1204). En 1198 Inocencio III se proclamó Papa, y predicó la
cuarta cruzada. Su objetivo era la toma de Egipto, principal centro de poder
musulmán. Esta cruzada se desvió hasta Constantinopla, donde causó serios
desastres. Resultado: Derrota cristiana.
La Quinta Cruzada (1218-1221). Fue predicada por el Papa Inocencio III y organizada por
Honorio III. El resultado fue: Derrota cristiana.
La Sexta Cruzada (1228-1229). Fue organizada por el emperador alemán, Federico II, Barbarroja.
Consiguió una tregua de 10 años y la restitución de los principales lugares cristianos
(Nazaret, Belén y Jerusalén), exceptuando los lugares santos para el islam. En
1244, el sultán Ayub tomó Jerusalén derrotando a los cristianos en Gaza. En
resumen: Derrota para los cristianos.
La Séptima Cruzada (1248-1254). El Papa Inocencio IV propuso una nueva expedición contra
el Islam, a la que solo respondió el Rey de Francia, Luis IX (San Luis). El rey
francés emprendió esta campaña para conquistar Egipto antes de dirigirse contra
Jerusalén, pero fue hecho prisionero con todo su ejército y sólo pudo ser
liberado después de pagar un elevado rescate. Resultado: Fracaso cristiano.
La Octava Cruzada (1270). Organizada de nuevo por Luis IX se dirigió hacia Túnez,
que tradicionalmente había sido cristiana, con el objetivo de reconvertir a sus
habitantes. Una epidemia se extendió entre los cruzados, muriendo muchos, entre
ellos el Rey Luis IX. Los musulmanes reconquistaron San Juan de Acre, última
plaza en poder los cristianos en Oriente. Resultado final: Fracaso total para
los cristianos.
La Novena Cruzada (1271-1272). El príncipe Eduardo de Inglaterra (después Eduardo I), se
unió a la Cruzada de Luis IX de Francia contra Túnez, pero llegó al campamento tras
la muerte del rey francés.
Después de muchas peripecias, Eduardo
fue víctima de un atentado de los hashshashin (los asesinos), uno de los cuales
apuñaló al príncipe con una daga envenenada el 16 de junio de 1272. La herida
no resultó mortal, pero Eduardo estuvo enfermo varias semanas. Partió a
Inglaterra el 22 de septiembre de 1272. Para entonces su anciano padre había
fallecido y Eduardo ocupó su puesto como Rey de Inglaterra.
LAS OTRAS CRUZADAS: No todas las cruzadas contra los musulmanes forman parte de las 9
Cruzadas oficiales. Hay otras fuera de
esa lista, que también afectaron a otros cristianos. Podemos mencionar las
siguientes:
1-Las Cruzadas Bálticas (1195): Por orientaciones del Papa Celestino III (1193), los
líderes cristianos de Alemania, Dinamarca y Suecia emprendieron campañas para subyugar
y convertir a los pueblos paganos de la cuenca del mar Báltico. Estas campañas también
afectaron a otros pueblos cristianos del Báltico. Uno de los actores
principales de dichas campañas fue la Orden Teutónica, creada en Palestina.
2-Cruzada contra los albigenses o Cátaros: En 1209 el papa Inocencio III
proclamó la cruzada albigense con el fin de eliminar la herejía de los cristianos
heterodoxos cátaros y erradicarlos del sur de Francia.
3-Cruzada Aragonesa: La Cruzada contra la Corona de Aragón fue declarada por el papa Martín
IV contra el rey de Aragón Pedro III el Grande, en 1284 y 1285.
4-Cruzadas en la Reconquista española: En el período final de la Reconquista española algunos
momentos decisivos recibieron del Papa de Roma la calificación de cruzada, dada
su condición de enfrentamiento de reinos cristianos contra reinos islámicos.
5-La cruzada de Segismundo de Hungría: En 1396, el rey Segismundo de Hungría organizó una
cruzada para asediar la ciudad de Nicópolis, por entonces bajo control turco
otomano.
La victoria turca en el asedio de
Nicópolis fue un gran revés que supuso una amenaza para las naciones
centroeuropeas y consolidó el poder otomano en la frontera con el reino de
Hungría.
6-La Cruzada de Juan Hunyadi: El fracaso de los ejércitos cruzados del rey Segismundo de
Hungría en Nicópolis (1396) más la derrota de los ejércitos húngaros en la
batalla de Varna (1444) en la cual murió el rey Vladislao I de Hungría
fortaleció al Imperio otomano, que continuó marchando hacia Belgrado.
El regente húngaro Juan Hunyadi,
respondiendo al llamado del Papa Calixto III, organizó un ejército cruzado
húngaro que hizo frente a los turcos otomanos invasores en la batalla de
Belgrado (1456). Esta batalla concluyó con una victoria total para el regente
húngaro y la amenaza turca fue detenida por casi un siglo más.
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