LA DEMOSTRACIÓN DE LA CONJETURA DE POINCARÉ, UNO DE LOS SIETE PROBLEMAS
DEL MILENIO
Sabemos
que las matemáticas en Nicaragua son un gran dolor de cabeza para muchos
estudiantes que estudian estas materias únicamente para pasar y llenar el pénsum
curricular de la carrera escogida. El número de estudiantes nicaraguenses con
dedicación y empeño en el estudio de las matemáticas es muy pequeño, y por esa
razón merecen ser apoyados por el gobierno y la sociedad civil.
La triste
realidad en este campo de conocimientos, que hasta ahora Nicaragua no ha podido
superar, es que por razones mercantilistas o por lo que sea, los estudiantes
nicaraguenses evitan las profesiones como las ingenierías y otras que requieren
un alto (o mediano) nivel en matemáticas, y se enfocan en estudiar derecho, economía,
administración de empresas, administración de recursos humanos, mercadeo, sicología,
y otras carreras similares, casi todas saturadas y devaluadas debido al excesivo
número de universidades, con poco o escaso nivel académico de calidad, que producen
masivamente cantidades crecientes de profesionales cada año en esas carreras.
En
contraste, es un hecho innegable que en otros países, en otras latitudes, las matemáticas,
cuyo campo de estudio es muy amplio y demanda mucha especialización, son
disciplinas científicas que brindan grandes satisfacciones intelectuales y
económicas a quienes las cultivan.
Pero,
aunque esta sea la triste realidad de Nicaragua, las universidades de prestigio
y las revistas especializadas, como Dracma y otros medios, deberían iniciar una
campaña que ponga en perspectiva el valor intrínseco de las matemáticas y
promueva su estudio. Una campaña de este tipo la podemos apoyar profesionalmente
publicando artículos en los que difundamos ejemplos concretos de connotados científicos
del mundo de las matemáticas.
En
este sentido quiero adelantar mi contribución mediante este breve artículo, donde
expongo el caso del matemático francés, Henri Poincaré (1854-1912), formulador
de la famosa ¨Conjetura de Poincaré¨, que por casi 100 años no pudo ser demostrada
por ninguna de las más brillantes mentes matemáticas del mundo, que lo
intentaron.
Poincaré
fue el creador de la Topología, un área especializada de las matemáticas que
trata sobre las propiedades y características de los cuerpos geométricos que permanecen
inalteradas cuando cambiamos el tamaño y la forma de un objeto, de cualquier
manera. La Topología estudia figuras lineales, superficies o sólidos; desde los
¨toros¨, que son superficies topológicas representadas con la imagen de un
neumático, un flotador, una rosquilla o una dona, hasta nudos, redes y mapas.
En nuestro mundo de tres dimensiones
la esfera es la única superficie
compacta considerada ¨simplemente conexa¨, lo cual quiere decir que si hacemos
un "nudo corredizo" alrededor de la zona ecuatorial de la misma y
tiramos de él, el nudo se deslizará y terminará contrayéndose a un punto de la
esfera sin necesidad de romper ni la esfera ni la cuerda. La superficie de una
rosquilla (una dona) no tiene la propiedad de ser simplemente conexa ya que su
transformación, partiendo de la esfera, requeriría romper dicha esfera para
hacer el agujero de la rosquilla.
Desde
antes de Poincaré los matemáticos saben que la superficie de la esfera es la
única superficie cerrada (es decir, sin límites) que es simplemente conexa. En
el año 1904 Poincaré conjeturó que en un mundo utópico de cuatro dimensiones
las esferas-3 también tendrían esa “conectividad simple¨.
La
conjetura de Poincaré en términos más precisos, es que "toda variedad de dimensión 3 cerrada y simplemente conexa es
homeomorfa, es decir, equivalente a la
esfera de dimensión tres". Lo sorprendente es que en todas las
dimensiones mayores que tres se conoce que la afirmación es cierta, pero no se
había demostrada para el caso de la dimensión tres.
Pero
como Poincaré no logró demostrar matemáticamente su propuesta, la misma quedó
bautizada como ¨conjetura de Poincaré¨, quedando pendiente su eventual
demostración.
La
conjetura de Poincaré estuvo sin resolver durante un siglo y al comenzar el
siglo 21 era uno de los problemas-no-resueltos
más desafiantes de la topología algebraica, apareciendo como uno de ¨los Siete
Problemas del Milenio¨ propuestos por el Instituto
Clay de Matemáticas (CMI, por sus siglas en inglés) en el año 2000, entidad
que al elaborar la lista de estos 7 problemas ofreció pagar un premio de US$1.0
millón por cada uno de esos problemas que se resolviera.
La ¨conjetura de Poincaré¨ fue resuelta en el lapso 2002-2003 por el genio
matemático ruso Grigori Perelmann. Este extraño personaje rechazó el premio ofrecido
por el CMI, así como antes había rechazado la Medalla Fields, que es el máximo
premio internacional que se otorga a los matemáticos, es decir, es el premio
Nobel de las matemáticas. La demostración de la Conjetura de Poincaré fue dada
a conocer públicamente en el año 2006.
Tras haber
sido comprobada matemáticamente, la hipótesis o conjetura de Poincaré dejó
de ser tal para convertirse en teorema: el Teorema de Poincaré. Consecuentemente, la lista de los 7
Problemas del Milenio se redujo a seis, los que al día de hoy continúan en espera
de solución.
¿Quién será el próximo genio
matemático que resuelva alguno de los 6 problemas restantes de la lista del
CMI, y pueda ganar su millón de dólares?. Pero aún más importante, ¿cuánto
tiempo se necesitará para que se resuelva uno o varios de esos 6 problemas?.
Recordemos que transcurrieron más de
300 años de intentos fallidos de parte de los matemáticos más prestigiosos del
mundo, hasta que Sir Andrew John Wiles, apoyado por Richard Taylor, de
Princeton, demostró matemáticamente, en 1995, la Conjetura de Fermat.
La Conjetura de Fermat intentaba
encontrar las soluciones enteras de las siguientes dos importantes ecuaciones
diofánticas:
(1) la ¨Ecuación de Fermat ¨ : xn + yn = zn (x a la potencia n, más y a la potencia n, es
igual a z a la potencia n).
(2) la ¨Ecuación de Pell ¨ : x2 − ny2 = 1 (x al cuadrado menos n por y al cuadrado es
igual a 1).
En las fotos: (1) Jules Henri Poincaré; (2) Esfera dimensión n = 3; (3) Grigori Perelmann
No hay comentarios:
Publicar un comentario