jueves, 29 de marzo de 2018

LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS DE REAGAN Y TRUMP





LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS DE REAGAN Y TRUMP

Por: José Márquez Ceas

Cuando Ronald Reagan asumió la presidencia de EE.UU. en enero 1981, traía consigo un programa de políticas económicas basado en las teorías de Milton Friedman, contenidas en la denominada “economía de la oferta”. El plan de Reagan incluía: (a) reducción del gasto público, (b) reducción de impuestos, (c) reducción de la regulación a la actividad económica, y (d) control de la oferta de dólares para reducir la inflación.

La primera ley fiscal que promulgó Reagan incluía un gran recorte de las tasas marginales del impuesto sobre la renta. Las tasas superiores se redujeron de 70% a 50% y las inferiores de 14% a 11%.

Por su parte, la Reserva Federal, redujo la inflación desde 13.5% (1981) hasta 3.2% (1982) aplicando una política monetaria restrictiva.

La carga impositiva a los ingresos mayores disminuyó del 70% al 34%. La tasa del impuesto corporativo se redujo del 46% al 34%. Se eliminaron tramos de impuestos, de manera que los contribuyentes no cruzaran sus límites hasta que los  ingresos fueran mucho mayores.

El razonamiento de Reagan sobre la reducción de impuestos se basó en la “Curva de Laffer”, cuyo fundamento se remonta al economista árabe Ibn-Jaldún (1332-1406), que históricamente fue el primero en explicar los efectos de una reducción de impuestos.

La curva de Laffer recibió su nombre de Arthur Betz Laffer (1940--), economista norteamericano miembro de la Junta Asesora de Política Económica de Reagan, quien recomendó bajar los impuestos para aumentar la cantidad recaudada por el fisco.

La tesis de Laffer era que la economía estadounidense estaba “a la derecha” del punto máximo impositivo, y por lo tanto al rebajar los impuestos se acercarían al máximo de recaudación tributaria.

La historia mostró que Laffer estaba equivocado y los ingresos fiscales cayeron. El crecimiento de la economía en el gobierno de Reagan, fue por el desplome de los precios del petróleo y por las medidas anti-inflacionarias de la política monetaria de la Reserva Federal, pero no por la reducción de impuestos.

Otras medidas fueron: eliminación del control de los mercados del petróleo; eliminación de los precios controlados del combustible en las gasolineras desde enero 1981; eliminación de los controles de precios a los productores nacionales de petróleo; y supresión desde 1988 del impuesto del presidente Carter a los beneficios considerados excesivos. La producción nacional aumentó, lo que hizo disminuir los precios.

Algunos resultados son: de diciembre 1982 a junio 1990 se creó más de 21 millones de empleos; se redujo la membresía de los sindicatos y las horas-hombres perdidas por las huelgas; los pasivos carentes de fondos del sistema de seguridad social disminuyeron como parte del PIB; y el “índice de miseria” cayó por debajo del 10%.

En cuanto a la presidencia de Donald Trump, el Senado de los EE.UU. aprobó en diciembre 2017 una de las principales promesas de campaña: un agresivo recorte de impuestos que contempla una impresionante disminución de la tasa máxima del impuesto a la renta federal por ganancias corporativas desde el 35% al 15%.

En el caso de las personas, se rebaja la gama de impuestos, de 7 que existían a solamente 3; también se rebaja la tasa máxima individual desde 39.6% a 35%; y se elimina el impuesto a las sucesiones.

Aún es temprano para valorar las medidas del presidente Trump, pero esperamos que la economía de EE.UU. se encuentre a la derecha del punto máximo de la curva de Laffer y que la Reserva Federal manejará una política monetaria adecuada.

28 marzo 2018

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