domingo, 18 de marzo de 2018

LOS BOSQUES Y EL AGUA EN LA NATURALEZA



LOS BOSQUES Y EL AGUA EN LA NATURALEZA

Por: José Márquez Ceas

Desde el año 2013 la ONU declaró el 21 de marzo de cada año como el ¨Día Internacional de los Bosques¨, poniendo de relieve el papel fundamental de las reservas forestales para abastecer al planeta de agua dulce, recurso esencial para la vida. La ONU declaró también el 22 de marzo de cada año como ¨Día Mundial del Agua (agua potable)¨.  

La interrelación ¨bosques-agua¨ fue tema de celebración mundial en 2017. El reto global lanzado es frenar la deforestación que hasta 2013 venía avanzando a un ritmo de 13 millones de hectáreas al año y era responsable de entre 12 y 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.

Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre; albergan más del 80 por ciento de las especies animales y vegetales del planeta, y a las comunidades humanas que los habitan les aportan refugio, alimento, medicina, trabajo, seguridad, e incluso esparcimiento y disfrute del paisaje.

Pensar que la vida de mil 600 millones de seres humanos, incluidas más de dos mil culturas indígenas, dependen de los bosques, debería ser motivo suficiente para que la humanidad entera tomara conciencia de la importancia de cuidar y conservar estos ecosistemas terrestres.

Los beneficios ecológicos, económicos y sociales de los bosques llegan a todos los habitantes de las pequeñas y las grandes ciudades del mundo, ya sea como oxígeno, agua dulce, madera, productos silvestres comestibles, ornato, y otros. 

La ONU enfatiza en la toma de conciencia sobre las interconexiones entre los bosques y el agua y sus contribuciones a las iniciativas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Dado que al Día internacional de los Bosques (21 de marzo) le sucede el Día Mundial del Agua (22 de marzo), la ONU impulsa la conmemoración conjunta de estos recursos naturales con el lema “Bosques y agua. Mantener la vida y los medios de subsistencia”.

A los bosques se les llama ¨fábricas de agua¨, ya que las cuencas hidrográficas y humedales forestales suministran el 75 por ciento del agua dulce accesible en el mundo para satisfacer necesidades domésticas, agrícolas, industriales y ecológicas. Por si fuera poco, los bosques actúan como filtros naturales del agua.

Por ello la conservación de los bosques revista suma importancia para un tercio de las mayores ciudades del mundo, habitadas por millones de personas que obtienen un volumen significativo del agua dulce de buena calidad que fluye directamente de los bosques de zonas forestales protegidas.

Además de preservar la calidad del agua, los bosques influyen en la cantidad de agua disponible y regulan el flujo de las aguas de superficie y aguas subterráneas. También contribuyen a reducir los desprendimientos de tierra, inundaciones y sequías y evitar la desertificación y la salinización. Muchos de estos fenómenos están relacionados con el cambio climático que está alterando el papel de los bosques en la regulación de los flujos de agua e influye en la disponibilidad de los recursos hídricos.

Al cumplir funciones de amortiguamiento, enfriamiento, intercepción de la lluvia, infiltración y retención del agua, los bosques pueden mitigar los fenómenos meteorológicos extremos y reducir los efectos del cambio climático en los recursos hídricos. Por otro lado, también los bosques son vulnerables al cambio climático, como la disminución del régimen de lluvias.

Uno de los Objetivos del Milenio es asegurar el acceso al agua para todos los habitantes del planeta, Por eso es importante cuidar la relación ¨bosques-agua¨. Según los parámetros mundiales, un país enfrenta una grave crisis cuando el agua disponible no llega a 1000 metros cúbicos per cápita anual, y un índice menor impacta la salud y el desarrollo económico de una nación. Y si el agua disponible es inferior a 500 metros cúbicos, la vida de los pueblos queda gravemente comprometida.

Por eso la correlación ¨bosques-agua dulce¨, debe crecer ante nuestros ojos: el agua es un elemento esencial de la gestión forestal sostenible, y los bosques son cruciales para regular el ciclo del agua. Conservar los bosques y cuidar el agua forman  parte de un círculo virtuoso.

Tanto los bosques como el agua se consideran parte de ¨los recursos naturales¨, término que se refiere a bienes de origen natural que no se encuentran alterados por la actividad humana, pero que son explotados por las sociedades para su sustento, bienestar y desarrollo.

Los recursos naturales por lo general son explotados de forma intensiva, por lo que es necesario establecer regulaciones para controlar y evitar la sobre-explotación de los mismos. Se distinguen dos tipos de recursos naturales, los ¨recursos renovables ¨y los ¨recursos no renovables¨.

Los ¨recursos renovables¨ tienen un proceso por el cual se regeneran o renuevan con cada ciclo nuevo. Sin embargo,  el uso o explotación excesiva de estos recursos puede llevar a su extinción. Ejemplos típicos son: los bosques, el agua, el aire, el viento, la radiación solar y la producción agrícola.

Los ¨recursos no renovables¨ son limitados en cantidad. En algunos casos tienen un ciclo de renovación que no llega al ritmo de extracción o explotación de los mismos. Se trata de recursos naturales que no pueden ser producidos, ni reproducidos por el ser humano a un cierto nivel que sostenga la tasa de consumo. Ejemplos típicos son: el carbón, el oro, el gas natural y el petróleo.

El mantenimiento de los recursos naturales es importante para su aprovechamiento como sustento de las sociedades productivas modernas, y con ello del humano, pero también porque son parte esencial del contexto natural que nos rodea. Destaca la relación del humano con la naturaleza, los ecosistemas, los hábitats, la geografía, y la flora y fauna.

La actividad productiva industrial es responsable de la extinción y el consumo de los recursos. Sin embargo la concientización debe generalizarse y ser importante en la vida de todas las personas. Todos podemos ayudar en el día a día, haciendo uso racional de los recursos (ahorrando agua en nuestros hogares, separando los residuos, usando medios de transporte que no contaminen, etc.).

Es importante que las empresas desarrollen técnicas de producción inocuas para el medio ambiente, y que adopten nuevas tecnológicas para reemplazar los recursos no renovables por recursos renovables. Por ejemplo la utilización de energía eólica o solar. Para ello el estado debe invertir en avances tecnológicos para lograrlo, y fomentar la concientización sobre un uso prudente de recursos no renovables. Una conciencia cada vez mayor sobre el mantenimiento de los recursos naturales garantiza un mejor y más saludable entorno natural para las generaciones futuras.

Pero hasta ahora la realidad ha sido otra. El 25 de abril 2014 el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, alertó que la tasa actual de consumo de recursos naturales en el planeta “es insostenible” y que es preciso una “transformación mundial de actitudes y prácticas” para revertirla. En otras palabras, el sobreconsumo de recursos naturales a nivel mundial está poniendo en peligro la estabilidad futura de nuestro planeta.

El mensaje de Ban Ki-moon enfatizó en la urgencia de abordar la manera en que el mundo genera la energía que consume y en la necesidad de promover el uso de alternativas limpias.

Iguales condiciones de deterioro de los recursos naturales enfrentan los países. Por ejemplo, en Nicaragua comprobamos con mucho pesar el efecto depredador de los recursos naturales, situación que ilustramos con los siguientes ejemplos:

1-La minería y el despale en áreas urbanas y rurales ha contribuido a la desertificación de varias zonas, especialmente la zona seca del país; ha contribuido al colapso de ríos, lagos, lagunas, y reservorios; ha agotado o contaminado pozos, y ha profundizado el manto acuífero.

2-La colonización en ¨zonas de reserva natural¨ ha incentivado la sobre-explotación maderera afectando a muchos bosques. También se ha talado árboles en las vegas de los ríos, contribuyendo a disminuir el caudal de algunos ríos y cascadas.

3-La depredación en la reserva de la biosfera Bosawás de 20,000 km cuadrados, ha afectado casi un 30% de dicha reserva. También hay afectaciones serias en el ¨Macizo de Peñas Blancas¨ y en la reserva ¨Indio Maíz¨, debido al aumento de la frontera agrícola.

4-El incremento de colonos y la invasión de propiedades de las etnias en las Regiones Autónomas del Caribe Norte y Sur, ha generado conflictos sociales entre las partes involucradas y ha producido muertos y heridos.

5-La tormenta tropical ¨Nate¨, que azotó a Nicaragua en la primera semana de octubre 2017, causó 12 muertos y 7 desaparecidos; castigó la zona caribe y otros departamentos de Nicaragua; provocó graves afectaciones en carreteras y puentes; dañó casas e infraestructura en barrios y comunidades de varios municipios; provocó zozobra de embarcaciones en las zonas marítimas, fuertes inundaciones en las zonas bajas, deslizamientos en laderas, y desborde de varios ríos.  

Eventos como ¨Nate¨ revelan nuestra gran fragilidad ante los efectos causados por la depredación de bosques y ríos, sumado al impacto del cambio climático. ¡Ojalá podamos rectificar nuestro comportamiento agresivo con la naturaleza!.








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