TOMÁS MARTÍNEZ, MÁXIMO
JEREZ Y WILLIAM WALKER
Por: José Márquez Ceas
En 1854 se desató en Nicaragua una guerra civil entre simpatizantes
del partido Legitimista (Conservador) y simpatizantes del Partido Democrático (Liberal).
Estos últimos solicitaron la ayuda de William Walker y le pidieron instalar
colonos armados en Nicaragua.
Walker combatió exitosamente al partido Legitimista y llegó
a controlar el territorio de Nicaragua. Mediante elecciones fraudulentas se constituyó
en presidente del país y se instaló en Granada. El inglés se estableció como
idioma oficial, el dólar como moneda legítima, y se fomentó la esclavitud. Los diputados
de la actual AN no han intentando enmendar este hecho vergonzoso mediante una
ley que excluya a Walker de la lista oficial de presidentes de Nicaragua,
aunque no de la Historia, la cual debería ser redactada apropiadamente.
Una coalición de tropas de Honduras, El Salvador y Guatemala
ingresó a Nicaragua y derrotó a las fuerzas de Walker que se retiraron después
de incendiar la ciudad de Granada. Walker se rindió ante el almirante Charles
Henry Davis de la marina de los Estados Unidos y fue repatriado a Nueva York
donde fue recibido como héroe.
Tomás Martínez Guerrero (1820 - 1873) fue presidente de
Nicaragua entre el 15 de noviembre de 1857 y el 1 de marzo de 1867. Martínez
fue puesto en el poder por los otros países centroamericanos después de que
expulsaron a William Walker en 1857, siendo confirmado después
constitucionalmente por los nicaraguenses. Su tarea como presidente era
restablecer el orden después de la guerra civil.
En 1857, Máximo Jerez y Tomás Martínez, suscribieron un
acuerdo político que dio lugar a un gobierno bipartidista de transición y a la
posterior puesta en vigencia de la Constitución de 1858, que proporcionó el
marco jurídico para la organización del Estado nicaragüense.
En cuanto a Jerez, se le critica su apoyo a Francisco
Castellón por traer a los filibusteros, incluyendo a Walker, que combatieron con
los Democráticos contra los Legitimistas.
También se le critica por el Tratado Cañas-Jérez, por el
cual Nicoya y Guanacaste pasaron a ser parte del territorio costarricense. Además,
Costa Rica logró derechos de navegación sobre el Río San Juan, originando
conflictos que todavía persisten. Jerez no está exento de la sospecha de corrupción
por sus fuertes vínculos e intereses cercanos con los ticos, que habría influido
en la firma del oprobioso tratado.
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