sábado, 7 de octubre de 2017


MI VISITA A LA GRAN MURALLA CHINA

Por: José Márquez Ceas


En 1985, el Gobierno de la República de Nicaragua organizó una misión oficial para visitar la República Popular China, y explorar posibles operaciones comerciales y financieras entre ambos países. Esta misión, en la que participé por delegación del Banco Central de Nicaragua, estaba integrada por funcionarios del sector público y empresarios privados de varios sectores comerciales y productivos de Nicaragua. En total éramos 10 personas, incluyendo al jefe de la misión, el Ingeniero Dionisio Marenco.

-La primera parada técnica fue en Los Ángeles, California. Por la noche, degustación de alitas picantes en un restaurante cercano a Hollywood Boulevard, cerca del Paseo de la Fama, el que luego visitamos para identificar en el piso de concreto algunas estrellas de personajes famosos del mundo del espectáculo.

-La segunda parada técnica fue en Tokyo, Japón. Hospedaje por una noche en un hotel de la cadena Narita, con cuartos pequeños y precios altos.

-Continuamos viaje al siguiente día. Parada final en el Aeropuerto Internacional de Beijing (Pekín), República Popular China, donde los encargados del protocolo nos condujeron a una sala para un refrigerio: té, jugos, y bocadillos, mientras sacaban el equipaje y completaban trámites migratorios.

-Fuimos hospedados en un complejo de casas de protocolo destinadas a funcionarios locales y externos en misiones oficiales. Habitaciones muy cómodas, con cama, muebles, y baños espaciosos. Afuera, amplios jardines con árboles, fuentes y puentes, con preciosos diseños chinos.

-Durante nuestra permanencia en Pekín se realizaron las reuniones de trabajo en las salas de este complejo, con participación de comerciantes y empresarios industriales y funcionarios del gobierno chino.

-Atendimos invitaciones a almuerzos organizados por varias empresas chinas, donde se retomaron los temas tratados. Banquetes chinos en las comidas. Reuniones bilaterales entre las contrapartes.

-La tercera noche, la contraparte china ofreció una cena de bienvenida a la delegación nicaraguense. La especialidad: pato laqueado, con 24 horas de preparación en el restaurante encargado. Variedad de platillos en la mesa redonda rotatoria. Un menú de más de 24 platos del selecto menú chino. Saboreé el Moutai, el "licor nacional" chino, tipo ¨aguardiente¨, que se utiliza para agasajar a mandatarios y visitantes notables del extranjero. Es un licor caro. Una expresión china dice que ¨ el que compra Moutai no lo toma, y el que toma Moutai no lo compra¨. Una costumbre que llamó mi atención fueron los brindis, donde todos toman sus respectivos tragos de una sola vez y muestran sus copas vacías a los presentes, y luego la acción se repite varias veces.

-Nuestros anfitriones nos llevaron a visitar la Ciudad Prohibida. En este lugar se rodó la película ganadora de 9 premios Oscar ¨El último Emperador¨ (1987), dirigida por Bernardo Bertolucci, con Peter O´Toole. Es la historia de Puyi, el último emperador de China, que subió al trono a los tres años de edad. Gobernó en la Ciudad Prohibida, hasta que las fuerzas republicanas lo encerraron entre sus murallas. Abdicó y se convirtió en títere de las fuerzas de ocupación japonesas en Manchuria. Con la revolución comunista fue encarcelado y finalmente liberado. En los últimos años de su vida fue jardinero en el parque botánico de Pekín y llevó una vida como un hombre común en su país, siendo testigo de la Revolución Cultural y del culto a Mao.

-Atendimos un cócktel en el Palacio del Pueblo, a un costado de Tiananmén, la inmensa plaza de 900x500 metros -la Plaza Roja, en Moscú, tiene 330x70 metros-.  En 1989 ocurriría en esta plaza una sangrienta masacre, al reprimir el gobierno chino una manifestación que incluía, desde intelectuales que creían que el gobierno del Partido Comunista era demasiado represivo y corrupto, hasta trabajadores de la ciudad que creían que las reformas económicas habían ido demasiado lejos y que la inflación y el desempleo amenazaban sus formas de vida.

-Otro día fuimos a visitar un tramo de la Gran Muralla China, a 70 kilómetros de Pekín. En ese lugar disfruté de un corto paseo en camello y me tomaron una foto sobre el animal. Después, subí a la Gran Muralla y caminé hasta llegar a una de las torres de vigilancia. Esta impresionante obra de la ingeniería humana, cuya extensión se calcula en 7,000 kilómetros, comenzó a construirse en el siglo V a.C. y las ultimas construcciones fueron en el siglo XVI de nuestra era. La Gran Muralla fue designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, y en enero 2007 se incluyó en la lista de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.

-Una tarde fui con un amigo de la delegación y el edecán chino, al mercado de artesanías que atiende a funcionarios del gobierno y diplomáticos, y compré una cajita de las famosas ¨Baoding Iron Ball¨ (bolas de acero huecas, una con sonido alto y la otra con sonido bajo). Estas bolas se rotan en la mano para ejercitar los músculos reflejos de las palmas de las manos y remover enfermedades artríticas –según la teoría tradicional médica china del ¨Jingluo¨, que se refiere a los canales a través de los cuales fluye y circula la energía vital por los puntos de acupuntura-. La producción de esta artesanía se remonta hasta la Dinastía Ming (1368-1644). Todavía conservo la cajita y practico alternando la mano derecha y la izquierda.

-Al regreso hicimos escala en ciudad México, donde permanecimos el día de llegada y el siguiente día. Regresamos a Managua el tercer día.


Mi valoración sobre esta gira a uno de los países más lejanos que me ha tocado visitar, es que fue larga y agotadora pero a la vez estuvo llena de momentos y situaciones muy interesantes que hoy pueblan los recuerdos agradables de mi memoria.

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