Por: José Márquez Ceas
En uno de los viajes que realicé a Bonn, Alemania, como
parte de un equipo técnico en el marco de la renegociación de la deuda externa de
Nicaragua con Alemania, tuve la oportunidad de conocer Colonia. Esta es una
bella y pintoresca ciudad localizada al oeste de Alemania, bañada por El Rin,
el río alemán más importante que nace en Suiza y desemboca en Holanda después
de un recorrido de 1,230 kilómetros. Entre Bonn y Colonia hay apenas 33 kilómetros en
automóvil, con una duración de 30 minutos.
Un sitio especial que le he recomendado a mi esposa Carmen Regina
Lacayo, que visite durante el viaje que realizará a Bonn, Alemania, a partir de
la penúltima semana de octubre 2017, es la Catedral de San Pedro, conocida como ¨La
catedral de Colonia¨.
La catedral se encuentra en el centro de la ciudad a escasa
distancia de la orilla izquierda del Rin, con la estación del tren justo detrás.
Es un templo católico de estilo gótico con una altura de 157 metros. Su construcción
se inició en 1248 y se terminó hasta 1880. Es la sede del arzobispo de Colonia
y de la administración de la arquidiócesis de Colonia. Fue declarada Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco en 1996.
La catedral de Colonia se construyó para albergar los huesos
de los Tres Reyes Magos, que se conservan en el relicario más grande del mundo:
un cofre o arqueta gótica de oro en el interior de la catedral, que mide 110 de
ancho, 153 de alto, y 220 de largo, en centímetros. Las reliquias de los Magos
fueron traídas de Milán por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico,
Federico Barbarroja, quien las entregó al arzobispo de Colonia, Reinaldo de
Dassel, en 1164.
Existen numerosos relatos, mezcla de historia y leyenda, que
narran cómo llegaron los restos de los tres Reyes Magos a Milán, Italia, antes
de su traslado a Colonia, Alemania. Recomiendo a mis amigos investigar un poco
sobre estos relatos, a fin de complementar el conocimiento de esta hermosa
catedral.
La Catedral de Colonia tiene once campanas de las cuales tres
corresponden a la época medieval. Pero, la que destaca es la campana de ¨San
Pedro¨, con 24 toneladas de peso, instalada el 13 de mayo de 1875. Fue desmontada
en 1918 y vuelta a colocar en 1924. Es la segunda campana más grande del mundo
cristiano y la primera como campana activa.
Un bonito recuerdo que recomiendo a mis amigos, es una foto de la monumental puerta de entrada de la Catedral, con sus famosas arquivoltas.
También recomiendo visitar el famoso relicario de oro que contiene los huesos de los tres Reyes Magos; el altar tríptico, donde contemplarán un bello cuadro realista estilo gótico mostrando a La Virgen María con el niño en su regazo y a los tres Reyes Magos con sus ofrendas de oro, incienso y mirra, obra del artista Stefan Lochner (1447?); el crucifijo Gero, que data del siglo IX; y las cristaleras de maravillosos colores medievales, cuya técnica artesanal se perdió en las arenas del tiempo.
Los Reyes Magos se convirtieron en un símbolo cristiano de
la filantropía: tres hombres de diferentes razas y diferentes edades, cada uno ofreciendo un regalo especial al Divino Niño. Tres regalos que representan
simbólicamente la historia del Mesías: el oro, su naturaleza real; el incienso,
su naturaleza divina; y la mirra, el dolor y sufrimiento que Jesús tendría que soportar, para rescatar a la humanidad.
El Papa Benedicto XVI dijo en su libro sobre Jesús de
Nazaret, que que los tres reyes magos no eran otra cosa que buscadores de la
verdad. Que representaban a todos los
hombres buscadores de Dios de todos los tiempos y de todos los lugares.
Personalmente comparto este pensamiento ecuménico del Papa
Benedicto XVI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario