LA MUERTE DE
MÁXIMO JEREZ
Por: José
Márquez Ceas
Máximo Jerez Tellería
(1818-1881) fue para muchos el más controvertido pensador político liberal en
la historia de Nicaragua. Era de espíritu inquieto y soñador. Fue abanderado en
Nicaragua de los ideales liberales de la Revolución Francesa y también del
unionismo centroamericano. En sus épocas de exilio sirvió cátedras
universitarias en Tegucigalpa, Honduras, y en San José, Costa Rica ".
Producto de muchas vicisitudes políticas
Jerez pasó un tiempo fuera de Nicaragua y regresó en 1879. En 1880 el
Presidente Joaquín Zavala (1879-82) lo envió de
Ministro a Washington, EE.UU., en donde falleció de un paro cardíaco el 12 de
agosto de 1881.
En la velada fúnebre que el
Partido Liberal ofreció en memoria de Jerez, en León, Nicaragua, el 13 de
noviembre de 1881, nuestro Inmortal poeta Rubén Darío, que entonces tenía 14
años, leyó su poema dedicado a Máximo Jerez. Una estrofa de ese poema dice:
“¡Jerez… deja que te vea!…/ ¡Pensador agigantado; / semidiós transfigurado/ en
el Tabor de tu idea!/ Tu nombre, patrio amor crea; / porque tu nombre, Jerez,
/infunde con altivez/ en nuestra humilde pobreza, / fuegos del alma francesa…”.
A su muerte los restos de Jerez fueron
traídos a Rivas el 11 de noviembre de 1882, donde permanecieron sepultados
durante varios años hasta que en 1894 el presidente José Santos Zelaya ordenó
que fueran trasladados a León, donde descansan en su morada final en el
Cementerio Guadalupe.
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