jueves, 20 de junio de 2019

LA REVOLUCIÓN LIBERAL DEL 11 DE JULIO DE 1893






LA REVOLUCIÓN LIBERAL DEL 11 DE JULIO DE 1893
Por: José Márquez Ceas
11 de julio 2018


En 1893 un movimiento armado liderado por José Santos Zelaya, a la sazón líder del Partido Liberal, derrocó al conservador Roberto Sacasa.  Ese movimiento fue bautizado como Revolución Liberal del 11 de julio de 1893. Hoy se celebra, pues, el 125 aniversario de ese evento político.

Tras el triunfo de la revolución se creó una Junta de Gobierno presidida por Zelaya, y se eligió una Asamblea Constituyente para que redactara una nueva constitución que recogiera y consolidara las nuevas ideas. Esa constitución, conocida con el nombre de ¨La Libérrima¨, fue aprobada a finales de 1893, aunque una de sus cláusulas establecía que entraría en vigor a mediados de 1894. La Asamblea Constituyente eligió a Zelaya como Presidente de la República de Nicaragua.

La “Libérrima” contenía los principios ideológicos de las revoluciones liberales que habían triunfado en gran parte de Europa. El significado de ¨Libérrimo¨ es Libertad, en grado superlativo.

La ¨Libérrima¨ daba al pueblo nicaragüense derechos ciudadanos modernos y restituía derechos conculcados por los Conservadores; igualaba los derechos de los ciudadanos para optar a cargos públicos; instituía el sufragio; instituía el voto obligatorio, directo y secreto. Garantizaba a nicaragüenses y extranjeros, la seguridad individual, la libertad, la igualdad ciudadana y la propiedad. Reconocía el derecho de ¨Habeas Corpus¨. Prohibía la prisión por deudas. Establecía la libertad de religión y prohibía el sometimiento legislativo a una religión determinada. Garantizaba la libre enseñanza, que declaró laica, con una educación primaria obligatoria y gratuita.

La ¨Libérrima¨ establecía la libertad irrestricta de los ciudadanos de disponer de sus propiedades. Establecía que todo servicio y trabajo debía ser remunerado. Establecía el derecho de autor, y por primera vez se reconocían en Nicaragua los derechos de propiedad intelectual. Se declaraba imprescriptible el derecho de reclamar propiedades confiscadas. Prohibía los monopolios agrícolas. Definía el gobierno como republicano, democrático y representativo, y delimitaba claramente los tres poderes del Estado, el legislativo, ejecutivo y judicial.

En resumen, ¨La Libérrima¨, en los términos en que estaba concebida, era una constitución moderna, muy avanzada y completa en cuanto a los derechos que pretendía tutelar. El objetivo de ¨La Libérrima¨ era la modernización del país, y por ello contemplaba una serie de cambios fundamentales que de haberse implementado habrían cambiado efectivamente el rostro y el destino de Nicaragua.

Por otra parte, la ¨Libérrima¨ conservó el ideal unionista de la Federación Centroamericana. En ese contexto, Zelaya impulsó la creación de la República Mayor de Centro-América, confederación de repúblicas integrada por Nicaragua, El Salvador y Honduras, pactada el 20 de junio 1895 en el Puerto de Amapala, Honduras, como un intento de unir estas tres repúblicas en un solo Estado.

La actuación sobre la República Mayor de Centro-América se basó en el ¨Art. 1 de la ¨Libérrima¨ que establecía: ¨Nicaragua es una sección disgregada de la República de Centroamérica. En consecuencia reconoce como una necesidad primordial volver a la unión con las demás secciones de la República disuelta. A este efecto, queda facultado el Poder Ejecutivo para ratificar definitivamente los tratados que tiendan a realizarla como uno o más Estados de la antigua Federación.

Sin embargo, tras un corto período ¨La Libérrima¨ quedó suspendida, argumentándose como justificante el bloqueo inglés al puerto de Corinto, que llevó al Presidente Zelaya a declarar el estado de emergencia y asumir poderes absolutos en base a los cuales pudo gobernar mediante decretos presidenciales, sin aprobación alguna del Congreso.

Zelaya dejó en suspenso el artículo de ¨La Libérrima¨ que impedía la reelección presidencial y además realizó enmiendas a la constitución para garantizar su permanencia en el poder, transformándose de hecho en Dictador de Nicaragua y manteniéndose en el poder por varios períodos hasta 1909, año en el que renunció obligado por la revolución conservadora encabezada por el general Juan José Estrada, quien contaba con el apoyo del gobierno de los EE.UU.

Es cierto que con el conquistador español Pedrarias Dávila (1468-1531) asistimos al nacimiento de los poderes dictatoriales de los gobernantes en Nicaragua. Pero es triste ver en la historia moderna de Nicaragua que desde la dictadura de Zelaya se repite, como  constante histórica, el caso de los políticos que llegan al poder y para continuar ejerciéndolo se convierten en Dictadores, en enemigos declarados del pueblo al que los años de desgobierno y la inobservancia de los derechos humanos condenaron al atraso, la pobreza y la miseria.

Pero los nicaraguenses continuaremos esperando el día en que podamos desprendernos de los politicastros de turno, que son como zancudos y otras alimañas venenosas incubados en el seno de los partidos políticos, y que al fin nos libraremos de esa lacra vividora y corrupta que ha convertido el erario en una fuente de enriquecimiento ilícito, al amparo de la cual han amasado cuantiosas fortunas personales.¨

Mi conclusión es que, como la serpiente mitológica Oróborus, que se devora a sí misma comenzando a comerse a partir de la cola, también la llamada Revolución Liberal del 11 de julio de 1893 se devoró a sí misma, ominoso final que es seguido por otras ¨revoluciones¨.


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