MÁS EUROPA, MENOS NACIONALISMO
Por: José Márquez Ceas
MBA y Economista
21 junio 2018
Desde su elección como
Presidente de Francia, en mayo 2017, Enmanuel Macron se perfiló como defensor del
fortalecimiento de la Unión Europea (UE) y particularmente de la eurozona. Macron
intentó una alianza política con Ángela Merkel, Primera Ministra de Alemania
para que conjuntamente impulsaran y aceleraran la aprobación e implementación de
las reformas que requiere el fortalecimiento de la UE y de la eurozona, pero las
dificultades de Merkel en la formación de la coalición política del gobierno
alemán impidieron que Macron lograra ese objetivo. Hasta hace poco se pensaba que
el presidente francés tendría que librar sólo la batalla por el fortalecimiento
de la eurozona.
Sin embargo, Angela Merkel y Enmanuel
Macron, reunidos en Meseberg (norte de Berlín), llegaron el martes 19 de junio
2018 a un acuerdo político que abre una "nueva era" para la eurozona.
Al fin se logró un consenso entre el eje franco-alemán, tradicional motor de la
UE, que podrá presentarse al resto de socios en la cumbre de jefes de Estado y
de Gobierno que tendrá lugar el 28 y 29 de junio 2018, en Bruselas, Bélgica.
En ¨flash back¨ vemos que el 17
de abril 2018, Emmanuel Macron acudió por primera vez como Presidente de
Francia a la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo, la ciudad francesa situada
en Alsacia, capital del departamento del Bajo Rin. El discurso que pronunció el
líder francés tenía dos mensajes: uno explícito, que fue escuchado detenidamente,
y otro implícito, que fue entendido por todos.
El primer mensaje de Macron es
muy claro: la mejor forma de afrontar los desafíos de la globalización es
reforzando la Unión Europea, apostando por más Europa, en contraposición a un
regreso al "callejón sin salida" del nacionalismo. Esta posición es opuesta
a la del presidente Trump de los EE.UU. El segundo mensaje, que no se pronunció
literalmente pero que está latente en cada una de las líneas del discurso de
Macron, es: Francia ha vuelto.
Y es que tras cinco años en los
que Alemania asumió a regañadientes el liderazgo europeo, Macron se ha
propuesto devolver a París su histórico rol como co-líder del proyecto europeo.
Para ello, el presidente francés esbozó una serie de prioridades que giran en
torno a una idea central: reforzar el sentimiento de identidad y soberanía
europea como algo complementario a las soberanías nacionales. "Necesitamos
una soberanía que sea incluso más fuerte, que no sustituya la que tenemos, pero
que la amplíe", ha afirmado Macron.
El objetivo del mensaje de ¨más
soberanía y menos nacionalismo¨, plantea la necesidad de poder dar una
respuesta efectiva a los problemas del mundo globalizado como son las crisis
migratorias, el cambio climático o las crisis geopolíticas.
Las prioridades enumeradas por
Macron en su discurso de abril 2018 en el Parlamento Europeo son esencialmente las
mismas que esbozó en su discurso en la Universidad de la Sorbona en septiembre
2017, en el que avanzó su visión para la Unión Europea post Brexit.
Entre tales prioridades están : (1)
Un pacto migratorio que permita apoyar financieramente a las autoridades
locales para acoger e integrar a los refugiados; (2) una reforma fiscal para
aumentar los impuestos que pagan las multinacionales de la economía digital y
que eventualmente pueda convertirse en un ingreso propio de la UE; (3) una hoja
de ruta a consensuarse entre los miembros, para completar la unión bancaria;
(4) una capacidad fiscal que sirva de instrumento de estabilización económica en
caso de que un país miembro entre en crisis; (5) un reforzamiento de la
identidad cultural europea, aumentando la integración de las universidades
europeas, reformando las normas de los derechos de autor para proteger a los
creadores y salvaguardando la diversidad cultural del continente; y (6) un
aumento de las contribuciones al presupuesto de la UE entre 2021 y 2027 a
cambio de reformarlo profundamente: haciéndolo más eficiente y creando más
recursos propios.
Adicionalmente, Macron añadió otras
cinco áreas en las que la UE debe reforzar la soberanía europea que mencionaba
en su discurso: (1) soberanía de seguridad, tanto exterior e interior, como por
ejemplo la cooperación en Defensa que aprobó la UE el año pasado, que algunos
consideran la semilla de un eventual ejército europeo; (2) soberanía económica
y comercial, mediante una "posición comercial más realista" que
proteja los intereses de los consumidores y las empresas; (3) soberanía
climática y energética, en la que Macron considera crucial poner un piso al
precio a las emisiones de CO2; (4) soberanía
alimentaria, que garantice alimentos de calidad a los europeos; y (5), soberanía
digital, que proteja los datos de los ciudadanos pero, a su vez, no impida la
innovación.
En base al acuerdo alcanzado con
Merkel el pasado 19 de junio 2018, Macron considera que ahora si hay razón para
señalar, como en efecto lo hizo, que se "pasará a una nueva era del
euro". No es para menos: el acuerdo incluye la creación de un presupuesto
para la eurozona. Todavía no hay cifras, pero se espera poder concretarlas con
los demás socios del euro en la cumbre del 28 y 29 de junio 2018. Macron ha señalado que el presupuesto será
independiente y estará alimentado por aportaciones de los países, así como,
posiblemente, por recursos propios.
Merkel también asegura que el
acuerdo con su colega francés es una "buena solución" para la reforma
de la eurozona que incluye, además del citado presupuesto común, la
reconversión del fondo de rescate de la eurozona, el MEDE, en una versión
europea del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este fondo servirá para dotar a
la eurozona de un "instrumento extra" para mejorar su
"estabilidad" y afrontar "problemas de liquidez",
convirtiéndose en un "cortafuegos" europeo para los países que
afronten dificultades.
No obstante, ambos líderes no
han mencionado ningún acuerdo para finalizar la unión bancaria, estando
pendiente que Berlín levante su veto a la creación de su tercer pilar: ¨el
sistema de garantía de depósitos bancarios¨, que tanto España como Italia y,
con menor énfasis, Francia, llevan años defendiendo, respaldados por el Banco
Central Europeo (BCE).
"Sabemos que una unión
económica y monetaria tan solo puede sobrevivir si las políticas económicas se
asimilan", ha asegurado Merkel, quien ha llamado también a filas a todos
los partidos que forman parte de su coalición. "Puedo decir claramente que
todo lo que hemos acordado hoy recibirá apoyo, esto ha sido discutido tanto con
la coalición gobernante como con los legisladores", ha asegurado la
canciller Merkel.
El acuerdo entre Merkel y Macron
incluye también importantes medidas —aún por detallar— para gestionar a nivel
europeo la llegada de migrantes y refugiados, así como dos importantes cambios
políticos a nivel europeo. El primero es la reducción del número de comisarios
europeos que hoy forman el núcleo duro decisorio de la Comisión Europea: uno
por cada Estado miembro. Esta propuesta busca una mayor eficiencia y un recorte
de los costes de las instituciones europeas, y lleva tiempo flotando, pero
nunca se concreta, dada la resistencia de varios socios europeos.
Queda por ver si Merkel y Macron
logran convencer al resto de sus socios para que les "acompañen en este
camino", en palabras del presidente galo. Ambos líderes se han mostrado
"optimistas" de cara a la cumbre europea del 28 y 29 de junio 2018, y
han acompañado sus declaraciones con muchos guiños a Italia, especialmente en
materia migratoria. Se considera que España no debería ser un problema, dado el
marcado carácter europeísta del Gobierno de Pedro Sánchez, pero recordemos que puede
haber oposición más allá de las grandes potencias europeas.
El Ministro de Finanzas alemán,
Olaf Scholz, indicó que quedan aún importantes cuestiones sin cerrar sobre el
tercer pilar de la unión bancaria: ¨el depósito de garantías¨, siendo el alto
nivel de morosidad crediticia en algunos países el principal recelo de Berlín a
dar pasos concretos en esta dirección.
A diferencia de cuando se creó
la Unión Europea, hace más de 20 años, hoy en día, la economía de Alemania es
casi un quinto más grande que la francesa. De acuerdo con el presidente de la
Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el problema de Francia ha sido que gasta
mucho dinero y lo gasta de forma errónea.
En definitiva, la tarea de
Macron para reforzar el euro no consiste solo en convencer a los países más
escéptico. Tiene también dos tareas tanto o más importantes. Una, liderar y
convencer a los países del sur de que esa agenda reformista es necesaria. Otra,
predicar con el ejemplo y hacer esas mismas reformas en Francia. De momento, ya
ha puesto el déficit por debajo del 3% y tiene en alerta a los sindicatos franceses
de reconocida combatividad, que se opondrán a cualquier programa de reformas
del gobierno francés en materia social y laboral.
Nota: Este artículo está en proceso de publicación por la Revista Dracma.